Te vi pasar una mañana de mercado,
El conejo rosa y tu nombre al cuello,
Tu paso orgulloso, yo no existía.
Ahora ya he olvidado el color de tus ojos,
Un recuerdo lejano, casi un sueño,
La brisa de la sierra, el anhelo del verano.
El sabor de unas lenguas de gato en el escaparate de Yagüe,
en mi cabeza, pero no en mi boca.
Así te quise, en mi cabeza pero no en mi boca.
Para Antonio
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