Es el eterno cantar, y parece que no aprendemos nada de ello. Se viene comentando últimamente el tema de la relación entre política y Festival de Eurovisión, como si nadie se hubiera dado cuenta de ello antes.
En cuanto al contenido, está claro que España no sabe hacer canciones “festivaleras”. ¿Y para qué hacerlas?, cuando se puede adoptar la postura de Italia o Portugal de renunciar voluntariamente a participar en el Festival. Pero no, tenemos nuestro orgullo, pero no somos capaces ni de ir a pasar el rato con una canción popera y feliz, ni de hacer el ridículo como dios manda.
En fin, yo me quedo con los tiempos en los que el festival era un lugar para oír música en otros idiomas y países como Grecia, que siempre le han dado mucha importancia a estas cosas (es un acontecimiento nacional), llevaban lo mejor del momento, con sonidos típicos del país, y por supuesto, en su idioma de origen. Ay, y pensar que mi canción favorita de la historia del festival es el Horepse de Marianna Zorba, que quedó en posición 12 con sólo 39 votos…